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La artrosis de cadera es uno de los tipos de artrosis más comunes. Esta enfermedad degenerativa aparece cuando el cartílago de la articulación que une el fémur y la pelvis se desgasta.
Esta dolencia afecta principalmente a personas mayores, aunque también puede aparecer en edades tempranas. Por lo general, la artrosis de cadera se manifiesta tras enfermedades o lesiones mal cicatrizadas, luxaciones u otras afecciones de tipo vascular, factores hereditarios o desequilibrios entre ambas caderas.
El dolor es el síntoma más evidente. De hecho, este no siempre se encuentra localizado en la articulación, pudiendo extenderse hasta la rodilla y la nalga. Asimismo, este tipo de artrosis también causa pérdida de movilidad y cojera, dificultando algunas actividades cotidianas como, por ejemplo, ponerse los calcetines.
Si crees que tienes estos síntomas, lo mejor que puedes hacer es acudir a un especialista. Él te dará tu diagnóstico y te recetará los tratamientos y medicamentos más apropiados para tu caso.
Aun así, también puedes adoptar hábitos saludables y llevar a cabo terapias complementarias que te ayudarán a reducir el dolor, aunque en ningún caso sustituirán los tratamientos indicados por tu médico.
A continuación, te damos algunos consejos para ayudarte a mitigar el dolor, retrasar el avance de la artrosis y conseguir que puedas gozar de una buena calidad de vida.
Lo más recomendable es deshacerte de esos quilos de más. La cadera es una de las partes del cuerpo que soportan más peso. Por lo tanto, si reduces tu peso, suavizarás la carga de la articulación y contribuirás a aliviar el dolor.
La realización de deportes en que la cadera no tenga que hacer grandes esfuerzos te ayudará a reducir tu peso. Así, puedes salir a pasear, practicar natación o hacer ejercicio en una bicicleta estática. Además, una buena alimentación también contribuirá a que consigas tu peso ideal.
Si, pese a haber bajado de peso, el dolor persiste, deberías plantearte andar con plantillas, bastones o muletas. Del mismo modo, para realizar acciones cotidianas sin dolor, es posible que debas utilizar algunos utensilios específicos para facilitar este tipo de tareas sin sobrecargar la articulación de la cadera.
Ante todo, deberás evitar, en la medida de lo posible, cargar objetos pesados, permanecer de pie sin moverte durante demasiado tiempo y sentarte en sitios bajos y blandos.
Si eres capaz de robustecer los músculos de la cadera, lograrás reducir la carga sobre la articulación y aumentar el rango de movimiento.
De este modo, parte del peso del cuerpo que debería recaer sobre la articulación, se trasladará a los músculos. Así, el dolor disminuirá y, en consecuencia, mejorarás tu calidad de vida.
La fisioterapia supervisada por un especialista es la mejor forma para lograr el fortalecimiento muscular. Los ejercicios localizados y el deporte aeróbico general son los mejores para lograr este objetivo.
Por lo general, para tratar la artrosis de cadera, se suele recomendar la combinación de las terapias no farmacológicas y los tratamientos con medicamentos. De hecho, algunos fármacos son muy útiles para aliviar el dolor y reducir la hinchazón. Sin embargo, nunca deberás automedicarte sin antes haberlo consultado con tu reumatólogo.
El paracetamol y los AINE (Antiinflamatorios no esteroides) son los medicamentos más efectivos para tratar el dolor y aumentar la funcionalidad de la articulación.
Asimismo, si el dolor no desaparece con estos fármacos, es posible que tu médico te recomiende las inyecciones intraarticulares con corticoides, que permiten reducir el dolor a corto plazo y mejorar el movimiento de la articulación.
Los expertos también recomiendan algunos tratamientos complementarios. Uno de ellos es la electroterapia, que consiste en la estimulación nerviosa de la articulación mediante descargas eléctricas.
Por su parte, la termoterapia, es decir, la aplicación de paños calientes o fríos sobre la zona afectada, también contribuirá a aliviar el dolor y mejorar la funcionalidad de la cadera.
Y en el extraño caso de que estas terapias no fueran suficiente para reducir el dolor, siempre existe la posibilidad de someterse a una cirugía de reemplazo de la cadera por una prótesis. Se trata de una intervención segura que, en la mayoría de los casos, suele suponer una solución definitiva al problema.
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